Después del rato en el autocar (iban un poco nerviosos, la verdad) hemos llegado a Ambite y hemos bajado a la entrada del pueblo, donde hemos visto el escudo. Hemos empezado a recorrer sus calles y nos ha llamado la atención la altura y la capacidad de las casas, muy diferentes a las que vemos en nuestro barrio. También hemos visto el colegio del pueblo y el centro de salud, ambos edificios mucho más pequeños de lo que estamos acostumbrados.
Hemos seguido caminando (y hablando con las personas que nos encontrábamos a nuestro paso) y hemos llegado al Ayuntamiento, que estaba engalanado porque Ambite está en fiestas.
Había señores trabajando en la plaza a causa de los encierros de estos días, así que hemos visto la plaza un poco diferente a lo habitual. A pesar de ser el centro del pueblo, no hemos encontrado un Km. 0, pues algunos querían pisarlo para asegurarse que volverán algún día a Ambite.
A la salida de la plaza nos hemos encontrado con el pilón o la fuente, que tenía 4 caños para beber. Tampoco estamos acostumbrados a ver fuentes así en Madrid. Durante el recorrido nos llamaba mucho la atención la estrechez de las calles, en algunas ni cabían los coches. Hemos imaginado que en nuestra ciudad necesitaríamos una cadena grande de niños para abarcar de un extremo a otro, pero en Ambite con dos compañeros hemos llegado a tocar los extremos de la calle.
Seguimos el recorrido prestando atención al poco tráfico que hay en el pueblo comparado con el que tenemos en nuestra localidad. Cuando estábamos comentando que se ven muchos animales y que no van atados, hemos tenido la suerte de encontrarnos un rebaño de ovejas con su pastor, un oficio que no están acostumbrados a ver.
Paramos a hacer un descanso y recuperar fuerzas...
Después hemos seguido la ruta hacia el Palacio de los Marqueses de Legarda, construído hace más de 3 siglos. Lo que más nos ha llamado la atención (además de mirar por las ventanas del Palacio, por supuesto...) ha sido una encina milenaria enorme que hay en uno de los costados del palacio.
Algunos no nos acordábamos de los frutos que daban las encinas, pero rápido los hemos encontrado por el suelo y ya lo hemos recordado.
Íbamos hablando de la cantidad de vegetación que encontramos en una zona rural comparada con lo que estamos acostumbrados nosotros, y el silencio que escuchábamos a nuestro paso (podiamos oir los pájaros perfectamente)
Hemos seguido descubriendo casas curiosas, con cortinas que espantan las moscas en verano, los canalones para el agua, algunas casas en ruinas que no son rehabilitadas etc.
Después hemos descansado un ratito en la puerta del colegio de Ambite (Colegio Público 3 de Mayo) donde hemos visto a los niños que han salido al patio. Eran muy poquitos y con edades diferentes, les hemos saludado y algunos hemos hablado un ratito con ellos.
Cuando han llegado los autocares con la comida, hemos cogido nuestro picnic y nos hemos ido a un pinar que da comienzo a la Vía Verde del Tajuña. Nos hemos comido los bocadillos y hemos estado un rato jugando en plena naturaleza (no siempre necesitamos balones, consolas etc...¡nos lo hemos pasado genial!)
Por último,en vez de hacer los cuadernillos que teníamos previsto, hemos recogido todo y hemos ido a dar una vuelta por la senda ciclista (por si acaso nos pillaban los nubarrones y se nos estropeaba el cuaderno de campo), donde hemos visto muchos campos de cultivo y árboles frutales. El campo está precioso y la primavera ha llegado.
A las 14'30 hemos montado en los autocares para volver al cole (algunos han aprovechado para recuperar energías durante el trayecto). Lo han pasado genial y, sobre todo, han tenido un comportamiento excelente.
Que bien lo habéis pasado. Un día envidiable. Gracias por las fotos.
ResponderEliminar!Qué chulis las fotos y la excursión¡, he aprendido mucho. Os invito a conocer el Alto Tajo, donde paso los veranos en el pueblo de mi abuelo.
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